viernes, 23 de marzo de 2012

Los Sueños de Esperanza

 “Cuando escucho Wagner durante más de media hora me dan ganas de invadir Polonia.”    

Misterioso Asesinato en Manhattan, Woody Allen


               Inmersa en su burbujita neoliberal de color azul turquesa, Esperanza observaba con curiosidad el globo terráqueo. Girando la bola del mundo con la yema de los dedos, miraba las vastas extensiones de tierra deshabitadas de Siberia o los territorios despoblados de Australia, y suspiraba: - queda tanto por privatizar…-  y sus pequeños ojillos se cerraban para dar rienda suelta a sueños de cuando era niña, imaginando la utopía de un mundo perfecto donde todas las extensiones de tierra del planeta que quedaran sin privatizar, se dividieran en pequeñas parcelitas separando ríos, montañas, bosques y reservas naturales con vallitas de madera pintadas de color rojo, como los americanos. Y en cada finca disponer de un garage con capacidad para tres vehículos, dos para la familia y otro para las visitas, con una canasta de baloncesto encima de la puerta y la bandera de tu país siendo mecida orgullosa por el viento en el jardín, ondeando sin parar por el resto de los tiempos.

Esperanza estuvo por unos minutos a medio camino entre el sueño y la vigilia, hasta que finalmente, sus ojillos se cerraron. Mientras, los últimos rayos de Sol se filtraban a través de las cortinas iluminando su rostro, que desprendía una dulzura entre somnolienta y cálida. Tuvo un sueño le hizo recordar un desagradable episodio que le sucedió cuando aún era niña, donde se dio cuenta de que ella no era como los demás niños. El día que cumplió los ocho años, sus padres le regalaron un disfraz de princesa, y justo después de soplar las velas, su abuelita le preguntó qué haría de mayor siendo una princesa. Esperancita se apretó coqueta el lazo rosa con el que se sujetaba su rubia melena, que a su vez iba engalanada con una corona de papel de aluminio y, tras mirar sibilinamente a los ojos de su madre, contestó:

- Seré la princesa que dominará el mundo -, provocando las risas de los adultos allí presentes. El perro comenzó a ladrar sin motivo aparente, pero nadie se percató de este detalle, y Esperancita no tardó en repetir las mismas palabras, con la voz agravándose gradualmente y de manera entrecortada:

- Seré la princesa que dominará el mundo -, y a medida que repetía la frase, la voz de la niña iba subiendo de tono. Los adultos la escuchaban confundidos, mientras que en pocos instantes, los ojos de Esperanza se llenaron de sangre, violentos espasmos sacudían su menudo cuerpo, y cuando la espuma comenzaba a salir a borbotones por la boca y las urracas se alborotaban en el jardín, quedó inconsciente. Una semana más tarde de aquel incidente y después de haber sido rociada con agua bendita, una vieja que se cubría con un mantón de manila negro le dijo en un parque que, efectivamente, ella era la elegida por el Maligno para dominar a la humanidad.

Pasado el tiempo, Esperanza no sueña únicamente con gobernar ciudadanos, sino que también sueña con ejercer su control sobre las fuerzas naturales. Pero en vez de tratar de influir en la naturaleza mediante el método tradicional de misas y prerrogativas, aparece en los medios de comunicación que Esperanza ha firmado un contrato con la empresa alemana Radiometer Physics por el cual la Comunidad de Madrid se hace con un aparato que sirve para precipitar la nieve y provocar lluvia a su antojo, bombardeando nubes desde el suelo con yoduro de plata. Sin embargo, desde la clandestinidad nos atrevemos a aseverar que todo esto no es más que la máscara mediática de un plan terrorífico que Esperanza lleva a cabo en el laboratorio de un búnker escondido en algún lugar de Torrejón de Ardoz, desde donde pasa las tardes hasta altas horas de la madrugada haciendo experimentos, rodeada de tubos de ensayo y probetas mientras escucha Wagner a todo volumen. 

El plan lo tiene atado y bien atado desde hace tiempo. Llegará el día en que Esperanza cumplirá todos sus sueños, y sus diábolicas carcajadas se escucharán en los cuatro confines extendiéndose como una onda expansiva, de la cual nada ni nadie podrá escapar indemne.


domingo, 18 de marzo de 2012

Hoy es un Día Grande

"Vieja madera para arder, viejo vino para beber, viejos amigos en quien confiar, y viejos autores para leer."

Sir Francis Bacon


       El día de hoy es un día grande, y no sólo porque es domingo y podemos ir un ratito a misa a expiar nuestras culpas, que ya de por sí es un excelente incentivo para levantarse de un salto de la cama, sino porque “Unos Días Inciertos” así, con mayúsculas, ha superado las 1000 visitas a día de hoy. Inaguramos el décimo post  invitando a sus distinguidos lectores a ponerse cómodos y tomarse un pacharán mientras que les cuento unas cositas, aprovechando de paso para agradecer, cómo no, la impresionante acogida que el blog ha tenido en la red. No han sido pocas las muestras de compasión por parte de aquellos lectores que aconsejan al autor visitar urgentemente a un especialista que me analice la psique, y al mismo tiempo es un alivio que no se pregunten si es una persona la que expone líbremente sus ideas o si realmente se trata de un simio quien se encuentra detrás de todo este tinglado.

       Hay que reconocer, como diría doña Isabelita Pantoja, tonadillera de España pero sobre todas las cosas, madre - lo cual la hace aún más única, si cabe -, pues eso, como diría la Pantoja en un momento de profunda constricción, “me debo a mi público”. Así pues, mostrando cercanía y familiaridad con mis lectores, os invito a repasar, con cifras y sensaciones, las bases que han contribuído al rotundo éxito del blog y recordar una vez más que, sin vuestra generosa camaradería, nada de lo que aquí se expone hubiera sido posible. Mis queridos lectores coincidirán con un servidor en que más que la cantidad de visitas, aquí lo que importa es la calidad, y sin lugar a dudas, la calidad de los lectores de este blog es sublime, con un delicado paladar tan exquisito y de tal sutileza que es capaz de diferenciar si un vino añejo ha sido fermentado en barricas de roble francés, o si por el contrario el roble donde se elaboró el vino procede de los bosques del este de Laponia. Sin embargo, bueno es no caer en generalidades, y en este caso, bueno es saber matizar o relativizar la importancia de la calidad: mis queridas lectoras podrían argumentar llegados a este punto - y dependiendo del tema que tengamos entre manos - que, si bien un nivel de alta calidad siempre es digno de agradecer, mucha cantidad nunca está de más.

          En las estadísticas se aprecia, calculadora en mano, que el 41% del total de las visitas al blog se las reparten ingleses, rusos, ucranianos, alemanes y daneses, que viene a ser un aspecto muy positivo a la hora de valorar la cantidad de europeos que hablan español. ¡Como se nota la mano izquierda de la derecha en materia de españolismo! Desde que Mariano Rajoy ha cogido las riendas del poder, en Europa se habla español, con ñ de España, sin escribirla entre comillas ni cursivas ni ostias, y que me perdone la Conferencia Episcopal, que después de ocho años de socialismo hemos pasado de la libertad al libertinaje y parece que nos dé verguenza - sí, sí, incluso entre los españoles de bien - de pronunciar la letra ñ, coño ya. Dicho lo cual, si hay un ruso en Siberia que se anime a sacar una chirigota, si existe un mamporrero que entre acto y acto con las bestias haga una pausa para meditar, si he conseguido que en un centro de numerarios del Opus Dei hayan organizado una orgía mística, o que mi sentido homenaje en forma de obituario haya conseguido remover las entrañas a don Manuel desde el mas allá, las palabras que han sido vertidas en este espacio habrán merecido la pena.

           El blog ya cuenta con cuatro seguidores oficiales; va sumando a razón de dos seguidores por mes, lo cual habla muy bien de su poder de seducción entre los adeptos, que vienen a ser los mas débiles. Sólo basta decir que tanto Pilar Mandl, como Igamreklidze, El Nota y Cainn, ya se encuentran rapados, vestidos con blancos trajes de corte ancho y todos los días se juntan desde temprano a dar unas vueltecitas por la ciudad cantando con alegría, sin importarles si no sale el Sol ni que la gente los mire extrañados. Una gran verdad que dijo Jiddu Krishnamurti es que debemos prescindir de líderes, pero si cuatro o cinco criaturitas descarriadas quieren seguir el blog porque éste les ilumina en tiempos aciagos, pues oiga, qué quiere usted que les diga, se les acoge con cariño, les das un Cola Cao calentito a cada uno, los acercas a la estufita y Santas Pascuas. Este blog no pretende ser otra cosa que un soplo de aire fresco en una habitación sin ventanas, una rebequita de lana cuando aprieta el frío, una sopita caliente en un día de resaca.

          Y para celebrar las primeras mil visitas, que los caballeros tengan la amabilidad de quitarse el sombrero y que bajen las niñas al salón. Luz tenue, por favor. Se encuentra con nosotros Mr Tom Waits. Un lujo, señora.




jueves, 15 de marzo de 2012

Eclecticismo Disperso

"En este mundo 'podrío' y sin ética, a los hombres sensibles como nosotros, sólo nos queda la estética". 

Makinavaja, Ivá

                          Silencio. Un silencio sin alma e indigno de ser mencionado se ha apoderado de la habitación desde el momento en que apagué el ordenador. Durante estos instantes, y sin que sirva de precedente, echo de menos la sirena de los coches patrulla de la policía. De la calle no llega el rumor de las hojas de los árboles agitadas por el viento, ni se oyen maullidos de gatos en celo, ni tampoco las peleas conyugales de los vecinos de al lado, como cuando vuelven borrachos al hogar. Ni siquiera mi compañero de piso tiene la amabilidad de roncar un poco e interferir en esta calma soporífera e insulsa.

Blanco. El radiador es blanco. Mi mente se encuentra en blanco. El radiador es de color blanco porque alguien, probablemente el casero, decidió dotarlo de ese color. Probablemente, eso es. Aunque bien pensado, blanco no es un color, sino mucho más que eso; como precisó Isaac Newton, el color blanco es la suma de todos los colores. De hecho, en Occidente hemos concedido al blanco la simbología de la pureza. En efecto, ¿puede haber algo más puro que el resultado de la suma y mezcla de todos sus componentes? Más aún, para Arthur Schopenhauer, su opuesto, el color negro, responde al resultado de la inacción, pero esto último no tendrá lugar por estos lares. Con la cadencia de la que el cura hace gala para oficiar la misa y la persistencia con la que el Coyote perseguía al Correcaminos, el autor de este blog no cesará en su empeño de inundar este fondo negro con un reguero de palabras blancas - y muchas veces, vacías de contenido, como el querido lector puede fácilmente apreciar -. Al contrario que el progama de Fernando Sanchez Dragó, esto es un blanco sobre negro. Al igual que su programa, este espacio no lo ve ni Dios. 

Nada. Difícilmente puede empezarse algo desde cero, ¿es posible? No, no lo creo. Eso de empezar de la nada es una solemne tontería, una expresión absurda como otra cualquiera. Absurda como estos párrafos, como si de una maldita vez fluyeran las palabras en la pantalla sin que fuera necesario teclearlas, y mucho menos pensarlas de antemano; esa amalgama de ideas inconexas y paranoias sin padre ni madre que como trapos en el bombo de una lavadora se cruzan y revolotean por mi cabeza. No sería mala idea escribirlas en un papel y luego recortarlas, para después tratar de encajarlas unas con otras a modo de un puzzle, con la sana intención de dotarlas de algún sentido.

Hay unos pajaritos ahí fuera que están cantando. A las cuatro de la mañana, en pleno tránsito de la madrugada que nos conduce del miércoles al jueves en medio de una semana laboral y un par de semanas antes de una huelga general, hay unos pájaros que han interrumpido este incómodo silencio para dar protagonismo a sus cantares matutinos. A pesar de que deseaba que cualquier cosa rompiera con el silencio reinante, el concierto de esos pajaritos no entraba en el guión. Resulta curioso que existan animales que sientan la necesidad de cantar a los cuatro vientos a estas horas intempestivas de la madrugada, sin motivo aparente. ¿Quién sabe si no lo hacen para entrar en calor y soportar mejor el frío de ahí fuera? ¿Quién sabe si no es una llamada de auxilio, y preguntan por una bufanda de la mejor manera que pueden? Me quedo pensando qué ocurriría si me diera por salir a la calle y ponerme a cantar a toda voz subido a un árbol, como los pajaritos. Porque pensándolo fríamente, también puede ser que los envidie. Al fin y al cabo, ellos se adaptan al medio.


   

miércoles, 7 de marzo de 2012

La Nueva Generación

“Porque un hombre no es un DNI, ni un país una entidad crediticia”.

Mr Leonard Cohen


                 La siguiente generación viene con una sonrisa en los labios, y ésa es su mejor arma. Una generación que ha sido liberada del monopolio de los medios de comunicación - del que los gobiernos han disfrutado hasta hace un par de décadas, haciendo uso de su influencia para propagar el miedo con la persistencia de una molesta rutina, como un siniestro pan de cada día -. Nos encontramos en un nuevo contexto, donde el lavado de cerebro al que diferentes generaciones han sido sometidas por parte de los poderes fácticos, es incapaz de alcanzar su cometido durante estos días inciertos: gracias a una herramienta tan espectacular como es Internet, la nueva generación se compone de individuos autónomos, conscientes de que la realidad presente es un artificio, una gran falacia institucionalizada con el único fin de preservar un status quo que apesta a naftalina. Y esto, como nos podemos imaginar, no le hace gracia a nadie.

La generación que viene escupe en el suelo, y grita vehementemente hasta aquí hemos llegado. Podríamos decir que ha venido al planeta Tierra por las mismas razones que generaciones anteriores, pero estaríamos cayendo en un grave error de comprensión o interpretación de los hechos. La nueva generación tiene como misión renovar la anticuada manera de pensar por un conocimiento que va más allá de la información tangible representada en Matrix, en un violento tsunami que arrancará las raíces que sustentan el viejo régimen. Estamos hablando de millones y millones de almas con la fuerza de una ola gigantesca, inmunes a las mentiras y contradicciones del sistema.

La generación que viene, por alguna extraña razón, puede ver lo que se esconde detrás del espejo, algo que nuestros ancestros nunca fueron capaces, inmersos como siempre estuvieron, en una amalgama de condicionamientos sociales. La lucha ha comenzado, pero ellos saben bien que esta batalla no es como las anteriores. Para empezar, esta batalla está ganada de antemano. Al contrario que sus predecesores, ellos no luchan por su libertad: saben que son libres, lo sienten dentro del pellejo. Sólo quieren desarrollar su infinito potencial como seres humanos divinos, únicos e irrepetibles, alejados de dogmas arcaicos y de métodos de organización y control obsoletos: “una manera de vivir diferente. Pero eso, depende de tí y nadie más. Porque en esto, no hay ningún maestro, ni alumno, no hay un líder, ni tampoco gurús, no hay amo ni sirviente. Tú mismo eres el maestro, el alumno, el amo, el gurú y el líder. ¡Tú eres todo!” (Jiddu Krishnamurti). La generación que viene es sensible a la conexión y armonía de todos los elementos, conocedores de que la realidad en tres dimensiones no es más que una manifestación física de la consciencia, de lo infinito. La noción lineal del tiempo se convierte en una broma de mal gusto, porque esta generación sabe que ellos son la suma de la totalidad de las generaciones que la precedieron, y también la semilla de todas las generaciones venideras. A diferencia de las anteriores, esta generación es consciente de que somos eternos. 

La generación que viene usa el fuego del amor como arma de creación masiva, imparable, destruyendo las murallas del intelecto, expandiendo su poder creativo mas allá de lo puramente imaginable. Esta generación no necesita de autoridades científicas que den validez a lo que sienten, y mucho menos autoridades religiosas que lo aprueben con su consentimiento o su rancia condescendencia. Muy al contrario, encuentran las respuestas dentro de sí mismos, en silencio. Seres humanos conscientes de su maldad y su bondad, de ser el que observa y a la vez aquello que es observado. La nueva generación se rige por unas simples instrucciones: ”¿qué instrucciones eran esas? Nunca lamentar, ni siquiera casualmente, y si queremos expresar la derrota que nos ataca a todos, tiene que ser en los estrictos confines de la dignidad y la belleza” (Mr Leonard Cohen). 



sábado, 3 de marzo de 2012

El Presente

“Todo en el mundo es material y, de acuerdo con la ley universal, todo está en movimiento y constantemente está siendo transformado”.
                                
 Gurdjíeff


Nada más y nada menos que en el siglo VI a. C., Heráclito de Éfeso “el Oscuro” depositaba un libro en el maravilloso templo de Artemisa Efesia, en el que se recogía una colección de aforismos del autor. Personalmente, y sin desmerecer la nueva era digital, me parece mucho más estimulante depositar tus ideas en el templo de Artemisa Efesia que publicarlos en una mierda de blog, no sabría muy bien explicar por qué. Sensaciones, oiga. Pues bien, uno de esos aforismos condensaba esa idea de que no es posible bañarse dos veces en el mismo río, ya que el agua se encuentra fluyendo y por tanto, el agua que circula se renueva a cada momento. En caso de que aceptáramos tal afirmación como cierta, el panorama que se nos presenta puede parecernos, a primera vista, desalentador: si todo se encuentra en movimiento, la verdad no puede ser estática. Es decir, lo que pudiera ser cierto en este instante, no tiene por qué serlo un par de segundos después, y así continuamente, sin descanso ni tregua, como los recortes del Estado en gasto público.

           Llegados a este punto, ¿es posible buscar la verdad? ¿O estamos condenados a vivir en un nebuloso estado de escepticismo crónico por el resto de los tiempos? Veintisiete siglos más tarde de que el bueno de Heráclito pasara a mejor vida, el anciano Alejandro Jodorowsky – y si es anciano, algo de la vida tiene que saber - nos ilumina como el Sol en Sevilla a la hora de la siesta: “verdad, es aquello que es útil en un momento determinado”. ¡Soberbio! Si todo fluye, si nada es permanente… no tiene sentido lamentarse de lo que sucedió ayer, y mucho menos, preocuparnos por el mañana. Pasado y futuro no existen: el primero dejó de ser y el segundo tan sólo habita en nuestras mentes perturbadas. O quizás, sí que existen; Jiddu Krishnamurti asevera que pasado y futuro se funden en el momento presente. Sea como fuere, aquello que suceda en el futuro se asemejará mucho a lo que experimentemos ahora. De ahí que Krishnamurti descarte hablar de evolución: mediante un cambio psicológico radical y profundo, necesitamos una revolución:


           Sin embargo, la realidad que vivimos es otra; el instante que corresponde al momento presente es enturbiado por la huella de lo que antes sucedió, así que la memoria repite automatismos que delimitan nuestra jaula mental, inmersa en “nuestros hábitos mentales, la agitación incesante del pensamiento, las palabras o las imágenes mentales psíquicas que se presentan en el campo de la mente, son los principales obstáculos a nuestro despertar interno”[1]. Si esto que planteamos no fuera así, sería muy complicado de entender que cada cuatro años sigamos votando a PP/PSOE - tanto monta, monta tanto y me lo llevo calentito mientras tanto -. Vivir en el presente requiere atención. La atención conlleva la acción:



       “La distancia que separa las ideas de los hechos desaparecerá de la escala individual sólo mediante una actitud de acercamiento totalmente diferente hacia los problemas en toda circumstancia. Se trata de una transformación psicológica fundamental que libera al ser humano de toda esclerosis intelectual, de toda fijación de la mente sobre fórmulas caducas y sobre apprioris mentales (…) Existe un estado de observación silenciosa, un estado de extraordinaria lucided sin ideas”.
Roberto Linssen, 1972
           

         La energía, pues, es canalizada, es guiada a través de esa atención, constante, al presente. Porque a estas alturas de la película estaréis conmigo en que somos energía, es decir, un montón de particulitas, de átomos, con nuestros electrones, protones y neutrones revoloteando sin parar, y no sólo un cacho de carne con ojos - aunque a primera vista pudiese parecerlo. Decía el Maestro Yoda: “vive el momento, no pienses; siente, utiliza tu instinto, siente la Fuerza”. Y recuerden las palabras de Morpheo: “por desgracia, no se puede explicar lo que es Matrix hasta verla con tus propios ojos. Si tomas la pastilla azul, fin de la historia; despertarás en tu cama y creerás lo que quieras creerte. Si tomas la roja te quedarás en el país de las maravillas, y yo te enseñaré hasta donde llega la madriguera de conejos”. 
        
           Amén.      


[1] "Técnica de la Mutación Espiritual” (1972). Roberto Linssen. Conocimiento de la Nueva Era.


Enlace: 
Domingo 4 marzo, Diario El Mundo, ¿Para qué sirve meditar?