sábado, 3 de marzo de 2012

El Presente

“Todo en el mundo es material y, de acuerdo con la ley universal, todo está en movimiento y constantemente está siendo transformado”.
                                
 Gurdjíeff


Nada más y nada menos que en el siglo VI a. C., Heráclito de Éfeso “el Oscuro” depositaba un libro en el maravilloso templo de Artemisa Efesia, en el que se recogía una colección de aforismos del autor. Personalmente, y sin desmerecer la nueva era digital, me parece mucho más estimulante depositar tus ideas en el templo de Artemisa Efesia que publicarlos en una mierda de blog, no sabría muy bien explicar por qué. Sensaciones, oiga. Pues bien, uno de esos aforismos condensaba esa idea de que no es posible bañarse dos veces en el mismo río, ya que el agua se encuentra fluyendo y por tanto, el agua que circula se renueva a cada momento. En caso de que aceptáramos tal afirmación como cierta, el panorama que se nos presenta puede parecernos, a primera vista, desalentador: si todo se encuentra en movimiento, la verdad no puede ser estática. Es decir, lo que pudiera ser cierto en este instante, no tiene por qué serlo un par de segundos después, y así continuamente, sin descanso ni tregua, como los recortes del Estado en gasto público.

           Llegados a este punto, ¿es posible buscar la verdad? ¿O estamos condenados a vivir en un nebuloso estado de escepticismo crónico por el resto de los tiempos? Veintisiete siglos más tarde de que el bueno de Heráclito pasara a mejor vida, el anciano Alejandro Jodorowsky – y si es anciano, algo de la vida tiene que saber - nos ilumina como el Sol en Sevilla a la hora de la siesta: “verdad, es aquello que es útil en un momento determinado”. ¡Soberbio! Si todo fluye, si nada es permanente… no tiene sentido lamentarse de lo que sucedió ayer, y mucho menos, preocuparnos por el mañana. Pasado y futuro no existen: el primero dejó de ser y el segundo tan sólo habita en nuestras mentes perturbadas. O quizás, sí que existen; Jiddu Krishnamurti asevera que pasado y futuro se funden en el momento presente. Sea como fuere, aquello que suceda en el futuro se asemejará mucho a lo que experimentemos ahora. De ahí que Krishnamurti descarte hablar de evolución: mediante un cambio psicológico radical y profundo, necesitamos una revolución:


           Sin embargo, la realidad que vivimos es otra; el instante que corresponde al momento presente es enturbiado por la huella de lo que antes sucedió, así que la memoria repite automatismos que delimitan nuestra jaula mental, inmersa en “nuestros hábitos mentales, la agitación incesante del pensamiento, las palabras o las imágenes mentales psíquicas que se presentan en el campo de la mente, son los principales obstáculos a nuestro despertar interno”[1]. Si esto que planteamos no fuera así, sería muy complicado de entender que cada cuatro años sigamos votando a PP/PSOE - tanto monta, monta tanto y me lo llevo calentito mientras tanto -. Vivir en el presente requiere atención. La atención conlleva la acción:



       “La distancia que separa las ideas de los hechos desaparecerá de la escala individual sólo mediante una actitud de acercamiento totalmente diferente hacia los problemas en toda circumstancia. Se trata de una transformación psicológica fundamental que libera al ser humano de toda esclerosis intelectual, de toda fijación de la mente sobre fórmulas caducas y sobre apprioris mentales (…) Existe un estado de observación silenciosa, un estado de extraordinaria lucided sin ideas”.
Roberto Linssen, 1972
           

         La energía, pues, es canalizada, es guiada a través de esa atención, constante, al presente. Porque a estas alturas de la película estaréis conmigo en que somos energía, es decir, un montón de particulitas, de átomos, con nuestros electrones, protones y neutrones revoloteando sin parar, y no sólo un cacho de carne con ojos - aunque a primera vista pudiese parecerlo. Decía el Maestro Yoda: “vive el momento, no pienses; siente, utiliza tu instinto, siente la Fuerza”. Y recuerden las palabras de Morpheo: “por desgracia, no se puede explicar lo que es Matrix hasta verla con tus propios ojos. Si tomas la pastilla azul, fin de la historia; despertarás en tu cama y creerás lo que quieras creerte. Si tomas la roja te quedarás en el país de las maravillas, y yo te enseñaré hasta donde llega la madriguera de conejos”. 
        
           Amén.      


[1] "Técnica de la Mutación Espiritual” (1972). Roberto Linssen. Conocimiento de la Nueva Era.


Enlace: 
Domingo 4 marzo, Diario El Mundo, ¿Para qué sirve meditar?

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