“Fe significa no querer saber la
verdad”
Friedrich Nietzsche
La
foto que preside el artículo de
hoy corresponde a un panfleto que han dejado en el buzón
de casa hace escasamente unos días
(si hacen click con el botón izquierdo del ratón,
podrán verla ampliada). Sin
lugar a dudas, las imágenes son realmente llamativas: aparecen representadas las Torres
Gemelas en el momento del impacto de los dos aviones y unas páginas de la Biblia cuyo texto se confunde con las
llamas de los edificios, junto con la presencia de Barack Obama, Hu Jintao y el
Papa de Roma, Benedicto XVI. En el centro, una serie de frases impactantes con la fuente de color
amarillo chillón
sobre un fondo rojo, entre las que destaco: “¿es Obama el Anticristo?” y “¿quién tiene el número 666?” El lugar para despejar estas inquietantes incógnitas es la Iglesia Adventista del Séptimo Día, situada cerca de casa y en la que se presentó un servidor - con mis correspondientes zapatos de
domingo - ayer mismo, día del Señor.
Dos
sorprendidas damas me tomaron los datos personales en un habitáculo previo a la nave principal - desconozco si sus
caras de sorpresa se debieron a que era mi primera vez allí, porque no soy
negro, o por ambas cosas a la vez -. Tuvieron el detalle de prestarme una Biblia y de obsequiarme
con un extenso libro titulado “La Gran Controversia Terminó”, junto con un cuaderno de notas que incluía una serie de cuestiones que debía responder tomando apuntes durante la misa, con
preguntas tales como “¿cuales
son las características
de la Bestia?”, “¿qué es la cólera de Dios?” y “¿arderán eternamente los débiles en el infierno?” La cosa prometía. Una vez pasé al interior, al ver un piano de cola y una batería en el púlpito pensé que aquello iba a ser una misa gospel. Al comenzar la
función,
el párroco
local introdujo al pastor Paul Graves, quien iba a dar una serie de seminarios a
lo largo de la semana, ya que al parecer es un experto en las revelaciones del
profeta Daniel. Tan pronto como Graves comenzó su letanía, casualmente
se sentó
un chico joven a mi lado -convencido estoy que fue enviado por las mujeres que
encontré
en recepción
-, quien en todo momento estuvo indicándome - con una destreza digna de admiración
- dónde se encontraban los versículos de la Biblia a los que el pastor iba haciendo mención.
Para
mi decepción
allí no cantó
ni Dios, aquello no se pareció en absoluto a un musical de Broadway y la charla de Mr
Graves resultó
ser tan anodina como insulsa, sin ni siquiera tocar los puntos claves que se
anunciaban en el flyer. Una vez finalizada la charla, una de aquellas señoritas
que me tomó
los datos en recepción me preguntó si me había gustado la experiencia, a lo que respondí que, para ser honestos, estaba un poco desilusionado porque
durante la charla no se aclaró si Obama era el Anticristo o si el profeta Daniel
auguró
que China sería
la próxima
superpotencia mundial, que era otro de los temas calientes a tratar que se anunciaban en el reverso del panfleto. Desapareció unos segundos y, tras consultar al pastor Graves,
volvió
para aclararme que la profecía de Obama iba a ser desvelada en el seminario del
martes. Acto seguido, me despedí de algunos de los asistentes con una sonrisa, salí del templo y caminé a casa con paso lento, entre dubitativo y escéptico, tratando inútilmente de imaginar qué pensará Dios de todo esto.
2 comentarios:
En mi buzón nunca dejan cosas tan interesantes. Aunque, la verdad, no lo sé: hace tiempo que perdí la llave y sólo recojo lo que sobresale por la boca.
Enhorabuena,
Lu.
pues vaya con los adventistaS!! Podían haberse tocao algo... eh!! digo los instrumentos.., bueno mejor nop digo nada.
Si salistes ileso mejor no vuelvas, no tientes a la suerte :)
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